viernes, 25 de septiembre de 2009

Melancolía...

Mi sur se hizo Oeste
y la brújula se rompió...
ahora estoy perdida...

Malditos ojos, malditas palabras,
maldita melancolía y
maldita misericordia...

Días de infiernos paralelos,
paraísos inventados
robados a un tiempo
que cada día se hace eterno...

Si 20 años no son nada
9 años deberían ser tan poco...
y tu condena me condena
demasiado...

martes, 22 de septiembre de 2009

Por qué cantamos

Si cada hora vino con su muerte,
si el tiempo era una cueva de ladrones,
los aires ya no son tan buenos aires,
la vida nada más que un blanco móvil
usted preguntará por qué cantamos...

Si los nuestros quedaron sin abrazo,
la patria casi muerta de tristeza,
y el corazón del hombre se hizo añicos
antes de que estallara la vergüenza
Usted preguntará por qué cantamos...

Cantamos porque el río está sonando,
y cuando el río suena suena el río.
Cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino.
Cantamos porque el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo.
Cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos.
Si fuimos lejos como un horizonte,
si aquí quedaron árboles y cielo,
si cada noche siempre era una ausencia
y cada despertar un desencuentro
Usted preguntará por qué cantamos...

Cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la Vida
y porque no podemos, ni queremos
dejar que la canción se haga cenizas.
Cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto, ni la bronca.
Cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota.
Cantamos porque el Sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo, en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta...

M. Benedetti y A. Favero

"Canciones del desexilio", 1983

lunes, 14 de septiembre de 2009

Reflexiones de una triste tarde soleada

Otro sábado de visita más, otro sábado donde las horas se te pasan como nada y nunca llegás a decir todo lo que te hubiese gustado.
La cárcel me enseñó más de lo que pude haber aprendido en cualquier otro lugar, y no lo digo para darme ínfulas de nada. A veces la sobredosis de realidad te sumerge en un escepticismo depresivo, que hasta te hace sentir que todo es una mierda y que no hay nada que lo pueda cambiar.
A diario los medios nos informan que mataron a alguien, que por otro lugar alguien se suicidó, que el paco ya ha tomado infinidad de víctimas, que la inseguridad crece, junto con los precios, el desempleo, la pobreza y la desesperanza... y vez a mucha de la gente que te rodea, de las personas que querés, que tienen muchísimas cosas por las que vivir y sin embargo se van matando de a poco... y lo veo a él, encerrado en ese lugar triste, sin la cuarta parte de oportunidades de la mayoría de esa gente, y se levanta todos los días con ganas de aprender, de superarse... de vivir... y creo en él más de lo que he creído en cualquier otra persona...
Ser revolucionaria es una excusa para que el escepticismo se convierta en esperanza y no te lleve al suicidio.
La guerra está declarada y lo increíble es que no es una batalla entre víctimas y victimarios, sino entre víctimas y víctimas... nos estamos matando entre nosotros, estamos en guerra contra nuestros vecinos y no contra los verdaderos responsables de estos enfrentamientos.
Ser revolucionaria es una excusa para vivir; es una idea abstracta, utópica, lejana, pero que te hace levantar cada día con la firme resolución de que hay que seguir peleando porque tal vez algún día esta guerra acabe, tal vez algún día surja, por alguna inspiración divina o yo qué sé, en la cabeza de la gente que el objetivo está más arriba y no entre nosotros... y que no es inalcanzable...
Ojalá ese día llegue pronto para que esas visitas de miércoles y sábados sean de todos los días, o de cada vez que tengamos ganas de estar juntos...