jueves, 19 de marzo de 2009

FCC (Famosos Contra el Crimen)

Por Oscar Taffetani

(APe).- “Me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos”, escribe Borges en uno de sus últimos poemas. Tal vez hay allí un eco de su admirado Sandburg, que en la dura Chicago de los ’20 se detuvo a mirar el rostro -bifronte- del pueblo. “Dos Cristos hubo en el Gólgota, -escribió el norteamericano- / uno bebió el vinagre, el otro lo miraba / Uno estaba en la cruz, el otro en la muchedumbre”. (Caray con los poetas, siempre poniendo el dedo en la llaga).

En el Coliseo romano, hoy convertido en atracción turística de la Eterna, se sacrificaba a esclavos-jinetes y esclavos-gladiadores sólo para divertir a la plebe (pan y circo era la probada fórmula de los tiranos). También, en las últimas épocas, se llegó a echar a prisioneros cristianos a los leones, para entretener (y al mismo tiempo atemorizar) al soberano.

¿Qué queda del circo romano? Sin exagerar, creemos que queda lo esencial, es decir, la posibilidad de usar a la gente como “cruz” y como “clavos” de su propia crucifixión. La posibilidad de organizar la diversión (entertainments, en la jerga de Hollywood) como una forma de alienar al pueblo y evitar que saque (peligrosas) conclusiones sobre su vida o su circunstancia.

En el plano formal, la pista circular del Coliseo (circus) ha sido reemplazada por la pantalla de la TV. Sin embargo, las víctimas y verdugos empleados en el sacrificio, tanto como el público que aplaude, vocifera o llora, siguen siendo, más o menos, los mismos.



La política de Tinelli

Hace unos días, cuando decidió sumarse al coro de famosos y famosas que impulsan la instauración de la pena de muerte en el país y el incremento de las penas y castigos a los delincuentes como medio para acabar con la inseguridad, el productor y animador televisivo Marcelo Tinelli (Bolívar, 1960), expresó que no se siente en absoluto responsable de lo que pasa. "Nosotros -dijo- no tenemos que encargarnos de esto (...) damos trabajo a la gente, entretenemos. ¿Por qué tenemos que estar controlando la cuadra, la casa, el barrio? Pagamos los impuestos para que alguien vele por nosotros". A nuestro entender, Tinelli es una de las figuras del Coliseo moderno, en versión argentina. Y como tal, es responsable o co-responsable de lo que pasa.

Cuando llegó, en los ’90, a ser productor y dueño de sus espacios televisivos, Marcelo Tinelli usó y abusó del blooper y de la cámara oculta, ridiculizando o poniendo en aprietos a gente común, para solaz y esparcimiento de otra gente común. ¿No era ésa una forma circense, nos preguntamos, de hacer política?

Una década después, en un programa que batió récords de audiencia (Bailando por un Sueño), llegó a poner en cueros, haciendo el baile del caño, a la piquetera Nina Peloso, quien aceptó el reto con inocencia proletaria. ¿No fue ésa otra forma humillante, lamentable, de hacer política?

En sociedad con Daniel Hadad (empresario periodístico también lanzado de lleno a la campaña por la pena de muerte) y un ex juez federal, Tinelli recibió a mediados de los ’90, de manos del jefe de gobierno porteño Fernando de la Rúa, la mejor frecuencia de onda radial del país, que pertenecía a Radio Municipal. A partir de ese momento, la emisora pública porteña cayó en alcance y en audiencia, y la flamante “Radio 10” comenzó a crecer.

Pero aquel regalo que le había hecho De la Rúa (coronando una privatización comenzada por Menem) no alcanzó para que Tinelli lo respetara pocos años después, cuando decidió hacerlo blanco de chistes y parodias, ignorando su investidura presidencial y minando su credibilidad ante la opinión pública. ¿No fue ésa otra forma -esta vez secreta- de hacer política?

Con Carlos Menem (a quien llegó a entrevistar en exclusiva, para todo el país, horas antes de las elecciones de 1995); con Eduardo Duhalde (de quien obtuvo una condonación y pesificación de deudas de su productora, en 2002) y hasta con los Kirchner (a quienes entrevistó en 2003 para que el Tesoro Nacional, mediante los nefastos ATN, financiara la construcción de un polideportivo en Bolívar), Tinelli mostró que hace política todo el tiempo, aunque utilice para ello la inofensiva máscara del “entretenimiento”.

Una cuenta sencilla

Año 1995. Los niños suicidas, los niños asesinos, los terribles y desatados hijos del paco, ésos que hoy “te matan por el pancho y la Coca” (Tinelli dixit) estaban naciendo, abriendo sus ojos a la luz, en algún rancho, algún tugurio, alguna grieta de la patria, mientras Marcelo Tinelli festejaba y mimaba en su programa Videomatch a Carlos Menem, mascarón de proa de un proceso privatizador que arrasaba con lo poco que había quedado del Estado de Bienestar argentino.

Sí, es una cuenta sencilla, sin posible error: esos menores que hoy “te matan por el pancho y la Coca” son hijos directos, trasparentes, puros, del país de Videomatch, de ese circo a canal abierto en donde unos mueren y otros ríen (y a veces mueren y ríen por turno).

¿Son inocentes, entonces, los tinellis y las susanas, los divos y divas del Entertainment, de la masacre social (y educativa y cultural) que se consumó en los últimos quince años? ¿Es menor de edad la masacre? ¿Podremos penalizarla algún día?

La totalidad de los Pibes, de los niños argentinos hijos de la pobreza, son producto de ese genocidio consumado a plena luz del día, enmascarado de mil maneras por los artistas del circo mediático.

De ellos, sólo unos pocos, arrojados al paco, al robo y al torbellino de violencia, son los que tienen espacio en los noticieros televisivos. Unos pocos, entre millones, merecen el miedo, el dolor o el comentario irritado de los famosos. Del resto, de la gran mayoría, de los que mueren en silencio y los que salen a robar el pan (porque nadie les ha explicado que tienen derecho al pan), los tinellis y susanas de esta triste época argentina ni se acuerdan. Tan sólo los registran cuando llaman por teléfono a un 0600; o cuando apuestan; o cuando aplauden.

La abogada Ruth Morris (1933-2001), hija de cuáqueros canadienses que llegó a ser Directora de Educación de Rittenhouse, supo trasmitir en sus obras prácticas y en sus libros un pensamiento utópico y radicalmente diferente sobre el sistema penal y carcelario. Dejemos que sea ella quien cierre esta nota, con palabras luminosas:

“Algún día construirán una cárcel y no habrá nadie en ella. No habrá nadie porque ustedes y yo habremos abierto nuestros corazones, nuestros hogares y nuestras comunidades, y habremos encontrado formas de tomar en cuenta a todos aquellos a quienes ahora consideramos personas muy problemáticas. De esto se trata cuando hablamos del sueño de abolir la cárcel”.

Extraído de http://www.pelotadetrapo.org.ar/

Reproduciendo las palabras de un amigo... "Buscan abrir más cárceles en lugar de más escuelas" (06/03/2009 Unidad Penitenciaria Nº 11 - Neuquén)

6 comentarios:

sonoio dijo...

ahhh!
hace tiempo vivimos en la era de la boludez!!!
los boludos son los reyes!
pero los más bludos nos comemos el garrón
srta
un beso

Roxanne dijo...

Tal vez la desgracia es que no somos tan boludos como para no darnos cuenta... ¡Bendita ignorancia!

Unknown dijo...

Interesantísima entrada, realmente reflexiva y bien escrita. Cuando suceden los delitos de la crónica diaria, la atención fundamentalmente de origen mediático como acción psicológica queda puesta en los delincuentes de diferentes grado de planificación pero sobre todo de impulsividad, como los causantes esenciales, cuando en realidad son los últimos efectores como efecto-causa de violencia en casos de exclusión y marginalidad social, silenciando en ese momento los eslabones causales previos, primordiales y esenciales. Es sabido además que en los delitos, podemos encontrarnos no sólo y en vasta escala, no tanto ante personalidades antisociales sino ante rasgos de esa patología, incluso como estrategias de sobrevivencia, donde si no se corrigen los eslabones causales fundamentales, puede pasarse o no a la construcción de identidades ya con trastornos severos de violencia, psicoticos, sádicos y demás.

Por lo tanto, es necesario y fundamental distinguir los grupos y personalidades descritas como emisores de violencia grave según sus propios intereses y motivaciones de orden objetivo y subjetivo, de quienes por sumisión, degradación o identificación con tales grupos y personalidades, se convierte en emisores y ejecutores de la violencia del macropoder en los niveles más graves del prejuicio agresivo. ¿Cómo serían esos ejecutores de la violencia? A menudo se trata de víctimas por exclusión económica, educativa, profesional y cultural en general, social y subjetivamente alienadas de sí mismas y de su identidad calificada posible, tratadas como objetos a corromper, utilizar y descartar según necesidades del macropoder, que absorben para colmo no sólo el ejemplo antiético e inmoral de la cultura de los macropoderes dominantes, sino que construyen (se les construye con responsabilidades personales variadas) un aprendizaje por identificación desde las ideas, vivencias, fantasías conscientes e inconscientes de las personalidades que ejercen dicho macropoder. Pero no vamos a extendernos en esto.

En parte del post hablas de la responsabilidad de alguien como Tinelli (y podríamos meter acá también a Susana, que todavía se pregunta si los Dinosaurios se encuentran vivos, estupidizando al espectador) y es total. Todo aquel que este en un medio masivo de comunicación (como es la televisión, y los canales mas importantes) tiene una responsabilidad, porque son generadores de opinión, aunque uno participe del programa mas básico, “sano”, light que podamos pensar. Tinelli hace un programa de entretenimiento elemental y decadente, porque de esa manera mantiene a la teleaudiencia decadente, de esa forma lo siguen mirando, tiene raiting, y puede vender productos que no le sirven a nadie. Si te hiciera pensar, si te hiciera ver como son las cosas, lo mas probable es que no encuentre lugar en los medios donde trabajar. El es parte de este circulo vicioso. Pero todos somos responsables, porque dejamos que el se comporte así. Una vez Villaruel (gerente de programación de Telefe, dijo que a él le encantaría tener una programación mas cultural, mas inteligente, pero mientras la gente no elija eso, no va a cambiar el formato, ni el contenido de los programas).

Buenísima entrada.

Un abrazo grande.

HologramaBlanco

Caselo dijo...

Vaya mi querida Roxanne me encanta tu interés por compartir las letras de quienes se atreven a exponer una crítica. Tinellis hay cientos en Colombia. Son figuras mediáticas que, en ocasiones, enmascaran su discurso con un tinte social para lograr más seguidores. Fíjate nada más Juanes y Shakira, fieles al discurso de nuestro tirano de turno Alvaro Uribe. Por eso estamos como estamos mientras le hagamos juego a esos farsantes comprando sus discos o prendiendo las radios y los televisores.

Un fuerte abrazo amiga

Carlos Eduardo

Roxanne dijo...

Edgardo: También creo que el post está muy bueno, pero no soy la autora, lo bajé de una página a la que estoy suscripta http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/ y que me mandan una vez a la semana lo que se sube...

Cuando escribo no "literareamente" suelo hacerlo demasiado subjetivamente y sobre las cosas que veo y vivo, desafortunadamente todavía no tengo el nivel intelectual como para poder escribir cosas de ese tipo, abstrayéndome lo suficiente... Tal vez más adelante...

Está muy bueno todo lo que decís sobre el macropoder, exclusión, etc. En el último tiempo lo he visto bastante... Antes siempre hablaba de la injusticia, la delincuencia, la marginalidad, etc, pero siempre visto desde afuera, y es muy distinto cuando te metés dentro de ese mundo y te toca a un nivel personal... Las historias repetidas de oidas comienzan a tener rostros y nombres, y la objetividad se te va al carajo, porque empezás a entender y a sentir como sienten ellos, los del otro lado, los que no salen en televisión salvo que sea con la cabeza tapada...

Me copé demasiado y no sé si se entiende del todo...

Los Tinellis y las Susanitas jamás en su vida supieron lo que es que le falte una plato de comida, o un abrigo... por eso se sienten con derecho a decir todas las boludeces que dicen por los medios... Da bronca, da impotencia, y cada cual pelea contra eso como puede...

Roxanne

erker dijo...

muy bueno roxx, de verdad...los notables apoyan, critican, tapan y destapan segun su conveniencia...es un tema profundo y lo tocas muy bien...besos